Nos complace compartir nuestro último informe: «Explorando la transición de organizaciones de justicia social en la Mayoría Global hacia plataformas de redes sociales alternativas».
Entre julio de 2023 y octubre de 2024, The Engine Room, con el apoyo de la Open Society Foundation, investigó los hábitos, necesidades y aspiraciones de las organizaciones de justicia social que operan en la Mayoría Global y utilizan tanto plataformas de redes sociales dominantes (Ej. Facebook, X, Instagram) como alternativas. En esta investigación, las redes sociales alternativas mencionadas incluyen Mastodon, BlueSky y otras redes del Fediverso.
El objetivo de esta investigación era comprender qué se necesita para que una masa crítica de usuarios migre hacia plataformas alternativas.
Entrevistamos a personas expertas de organizaciones de justicia social, investigadores, proveedores y desarrolladores de servicios tecnológicos alternativos, así como con financiadores. Agradecemos a todas las personas que dedicaron su tiempo a este tema y que imaginaron junto a nuestro equipo cómo podría ser el futuro de las redes sociales alternativas.
Leer el informe y el resumen ejecutivo
Evento de lanzamiento
El martes 3 de diciembre a las 15:00 GMT organizaremos un evento de lanzamiento (en inglés) del informe dirigido a financiadores, investigadores y organizaciones de justicia social interesadas en conocer más sobre cómo podría ser una transición hacia redes sociales alternativas para las organizaciones de justicia social en la mayoría del mundo.
Principales hallazgos
Nuestra investigación revela que una transición hacia un “pluriverso” de espacios comunitarios podría ser la vía más viable para migrar de las plataformas dominantes a las alternativas. Esto podría implicar seguir utilizando algunas plataformas dominantes, adoptar nuevas tecnologías que funcionen en entornos de baja conectividad y desarrollar alternativas innovadoras que respondan a las necesidades de las organizaciones de justicia social y de las comunidades marginadas.
Sin embargo, para que esta transición tenga éxito —es decir, para imaginar y construir un ecosistema de alternativas centradas en las comunidades, que permitan a las organizaciones de justicia social movilizarse, organizarse y conectarse— debemos superar una serie de retos. Entre ellos, eliminar las barreras de acceso a las tecnologías, crear resiliencia ante los riesgos y amenazas presentes en las redes sociales dominantes y fortalecer la capacidad de todas las personas usuarias.
A continuación resumimos algunas de nuestros principales hallazgos:
- Las redes sociales dominantes siguen siendo un canal clave para que las organizaciones de justicia social difundan información, se conecten y se movilicen. Las principales plataformas de redes sociales dominantes (por ejemplo, Instagram, Facebook (Meta), Twitter (X), TikTok) son ampliamente utilizadas en todo el mundo y permiten a las organizaciones de justicia social llegar fácilmente a sus audiencias. Aquellas organizaciones que eligen permanecer en estas plataformas lo hacen con autonomía, navegando los riesgos y limitaciones con el fin de alcanzar a sus públicos, especialmente en zonas con menor conectividad y entre diversos grupos demográficos que usan estas redes.
- Es necesario desarrollar protecciones para que las personas y organizaciones que optan por permanecer en redes sociales dominantes sean más resilientes ante los daños y riesgos de estas plataformas. Los modelos de negocio de las redes sociales dominantes, basados en la publicidad, priorizan la rentabilidad sobre otras consideraciones de seguridad. Esto fomenta la proliferación del “desorden informativo” o la desinformación, dejando desprotegidas a las comunidades en situaciones de vulnerabilidad. Otros riesgos incluyen la vigilancia, la moderación inadecuada de contenidos, y el abuso y la violencia en línea.
- Las redes sociales alternativas se perciben como beneficiosas porque facilitan una experiencia de usuario menos extractiva y más enfocada en las necesidades comunitarias. La posibilidad de que los usuarios creen, se unan y gestionen sus propias plataformas abre oportunidades para construir y ofrecer «puertos seguros» a activistas y comunidades marginadas en línea.
- Sin embargo, las redes sociales alternativas también enfrentan desafíos relacionados con la seguridad, el contenido abusivo y la moderación insuficiente de contenidos. Es necesario brindar más apoyo para garantizar que estas plataformas autogestionadas no reproduzcan las mismas desigualdades y daños presentes en las opciones dominantes. Del mismo modo, se debe prestar mayor atención al desarrollo de prácticas comunitarias para la moderación de contenidos.
- La migración hacia redes sociales alternativas debe centrarse en las necesidades y capacidades de las comunidades “no técnicas”. Las redes sociales alternativas suelen presentar una barrera tecnológica de entrada más alta que las plataformas dominantes con interfaces más simples. Para organizaciones más pequeñas, estas alternativas pueden resultar costosas, ya que alojar y mantener servidores propios (por ejemplo, gestionar una instancia de Mastodon) requiere personal con conocimientos técnicos, algo que no sucede con el uso de plataformas dominantes.
- Presentar las redes sociales alternativas como sustitutos de las dominantes (por ejemplo, como «el reemplazo de Twitter») no es productivo. Estas plataformas ofrecen características y posibilidades diferentes. Para disfrutar de las alternativas, los usuarios pueden necesitar adoptar formas de participación más lentas y experiencias más «low-fi» con la tecnología. Además, la menor popularidad de estas plataformas hace que las comunidades en línea tiendan a ser más pequeñas y especializadas, a veces creando «burbujas de personas con ideas afines».
- Una transición hacia un «pluriverso» de espacios comunitarios es más deseable que una migración hacia plataformas específicas. Nuestra investigación muestra que los usuarios desean moverse libremente entre diversas plataformas que se ajusten a sus necesidades. Esto incluye tanto alternativas más pequeñas y centradas en la comunidad, como la posibilidad de seguir utilizando opciones convencionales para llegar a una audiencia más amplia, así como espacios de baja tecnología (o sin tecnología).
Esperamos que nuestra investigación inspire más conversaciones sobre cómo podría ser un pluriverso digital.
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